El miedo escénico es una reacción de agobio y ansiedad que se da ante una situación social determinada, dificultando la capacidad expresiva de la persona que lo sufre.
Hay que tener en cuenta que siempre el miedo escénico es producido por el orador mismo:
Imaginar que va a salir mal
Subestimarse
Sobreexigirse
Sentirse observado, juzgado, criticado
Desconocer parcialmente el tema
No creer totalmente en lo que se va a decir
Poca preparación técnica
La mayor parte de las veces el miedo escénico simplemente produce incapacidad para desarrollar el discurso. En otras ocasiones produce algunos efectos más:
Efectos físicos:
Dolor de cabeza
Rubor facial
Sequedad en la boca
Malestar estomacal
Nauseas
Aceleración cardíaca
Sudoración
Efectos psicológicos:
Lagunas mentales
Pensamientos pesimistas
Confusión de ideas
Vergüenza
Efectos conductuales:
Evitación
Tics nerviosos
Intentos de huir
Tartamudez
Hablar en voz baja
Llanto o risa
FALSAS TÉCNICAS
A lo largo de los años se han desarrollado numerosas técnicas que se han ido volviendo populares a la hora de afrontar una presentación.
Sin embargo, estás técnicas son erróneas y lo único que hacen es enmascarar un miedo sin tratar qué volverá a aparecer en cada presentación que tengamos que realizar:
No mirar al público
Imaginarlos desnudos
Tener algo en las manos
Fijarse en una sola persona
CÓMO MANEJAR EL MIEDO ESCENICO
Prepárate el contenido todo lo que puedas
Visualizate constantemente triunfando
Practica todo lo que puedas
Ten presente que la gente va a escucharte no a fijarse en cada uno de tus fallos
Antes de empezar respira hondo tres veces y relájate
Créete lo que estas diciendo
RECUERDA: Normalmente los fallos son una percepción propia y tendemos a exagerar lo que la audiencia ha podido ver o interpretar.